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ChileInside

​El segundo hogar de Stefan, Chile

​  Voluntariado 201​5  

​​En noviembre de 2015, mi novia Janna y yo viajamos a Chile. Por un lado, para hacer trabajo voluntario en la capital, por otro lado para conocer este país tan diverso. Como mi padre es chileno, tengo muchos familiares en Chile que podían respondernos muchas preguntas. Lo único que no podían hacer fue conseguirnos un puesto de voluntarios en un proyecto. Para eso recurrimos a Chile Inside.
Por supuesto, el hecho de que viajáramos en pareja y queríamos hacer el trabajo voluntario juntos, dificultaba encontrar un trabajo adecuado. Pero al final ambos quedamos en un hogar para niños. A Janna le tocaba apoyar a los educadoras del grupo de las niñas y a mí en el grupo de los niños.

Comenzamos nuestra estadía en Chile recorriendo los lugares más remotos de Chile. En el norte de Chile, se puede admirar el desierto de Atacama con salares,  volcanes y el famoso Valle de la Luna. En este valle realmente te sientes como si estuvieras parado en la luna. En La Serena pudimos observar delfines, focas y pingüinos y disfrutar del sol en la playa.
En el sur, empacamos todo para cinco días y nos fuimos de trekking en el Parque Nacional Torres del Paine. Aquí pudimos disfrutar de unas vistas impresionantes.

Después de presenciar un espectacular show de fuegos artificiales en el puerto de Valparaíso en la víspera de Año Nuevo, comenzamos a trabajar en el hogar de niños en enero. Como Janna ya había realizado algunas pasantías en trabajo social, se manejaba bastante bien con los niños, pero le costó por su falta de conocimiento de español. Mi primer día fue bastante agotador, ya que los niños jugaban muy bruscamente. Afortunadamente, me las pude arreglar para llevarme mejor con ellos después de un tiempo. El español de Janna mejoraba constantemente.
Durante el voluntariado, nuestros fines de semana siempre estaban ocupados, ya que hay mucho que explorar en Santiago y sus alrededores. Hay muchos graffiti en la ciudad portuaria de Valparaíso, en Viña del mar está la hermosa playa, cerca de Talca está el Parque Nacional Siete Tazas y mucho más para admirar.
El trabajo en un hogar para niños es muy difícil. Por un lado, porque puede ser muy estresante cuando los niños simplemente no quieren hacer caso y hacen lo contrario que les pides que hagan. Por otro lado, estos niños tuvieron que sufrir tristes historias a su corta edad, lo cual te queda dando vueltas en la cabeza también en tu horario libre. Sin embargo, me alegro de haber decidido ser voluntario. Crecí en mi personalidad gracias a esta experiencia con los niños.

A través del servicio voluntario, conocimos la calidez de los chilenos, incluso de aquellos que no son familiares. Vivimos muchas nuevas experiencias en términos de cultura, vida en una ciudad grande y, sobre todo, estar sin nuestros padres.

Lo que realmente me gusta de Chile, es que hay algo para todos los gustos. Si uno es más bien un atleta, puede disfrutar de las numerosas opciones de surf, rafting o kayak frente a un glaciar. Me encantó caminar en el Parque Nacional Torres del Paine, o escalar el volcán disfrutando de la naturaleza, o disfrutar de los 4300 kilómetros de costa con una variada selección de ricos pescados y mariscos.

Esto es una traducción. El texto original nos llegó en alemán, lo puedes ver aquí.

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